Juzgo todas las cosas como quiero que sean.
1. Los juicios se inventaron para usarse como un arma contra la verdad. 2Separan aquello contra lo que se utilizan y hacen que se vea como si fuese algo aparte y separado. 3Luego hacen de ello lo que tú quieres que sea. 4Juzgan lo que no pueden comprender, ya que no pueden ver la totalidad y, por lo tanto, juzgan falsamente. 5No nos valgamos de ellos hoy, antes bien, ofrezcámoselos de regalo a Aquel que puede utilizarlos de manera diferente. 6Él nos salvará de la agonía de todos los juicios que hemos emitido contra nosotros mismos y restablecerá nuestra paz mental al ofrecernos el Juicio de Dios con respecto a Su Hijo.
2. Padre, estamos esperando hoy con mentes receptivas a oír Tu Juicio con respecto al Hijo que amas. 2No lo conocemos, y así, no lo podemos juzgar. 3Por lo tanto, dejamos que Tu Amor decida lo que Aquel a Quien creaste como Tu Hijo no puede sino ser.