Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(127) No hay otro amor que el de Dios.
(128) El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee.
(ACIM, W-144.1:1-2)
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(127) No hay otro amor que el de Dios.
(128) El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee.
(ACIM, W-144.1:1-2)