Tu Gracia me es dada. La reclamo ahora.
1. Dios nos habla. 2¿No deberíamos nosotros acaso hablarle a Él? 3Dios no es algo distante. 4No trata de ocultarse de nosotros. 5Somos nosotros los que tratamos de ocultarnos de Él, y somos víctimas del engaño. 6Él siempre está enteramente accesible. 7Ama a Su Hijo. 8De nada se puede estar seguro, excepto de esto, pero esto es suficiente. 9Él amará a Su Hijo eternamente. 10Aun cuando su mente duerme, Él lo ama. 11Y cuando su mente despierte, lo seguirá amando con un amor que nunca ha de cambiar.
2. Si supieras el significado de Su Amor, tanto la esperanza como la desesperación serían imposibles. 2Pues toda esperanza quedaría colmada para siempre y cualquier clase de desesperación sería inconcebible. 3Su Gracia es Su respuesta para toda desesperación, pues en Ella radica el recuerdo de Su Amor. 4¿Cómo no iba Él a proporcionar gustosamente los medios por los cuales puede reconocerse Su Voluntad? 5Su Gracia es tuya sólo con que La reconozcas. 6Y Su recuerdo aflorará en la mente que Le pida los medios por los cuales su sueño termina.
3. Hoy le pedimos a Dios el don que con más celo ha conservado dentro de nuestros corazones, esperando ser reconocido. 2Se trata del don mediante el cual Dios se inclina hasta nosotros y nos eleva, dando así Él Mismo el último paso de la salvación. 3Todos los pasos, excepto éste, los aprendemos siguiendo las instrucciones de Su Voz. 4Pero al final es Él Quien viene y tomándonos en Sus Brazos desvanece todas las telarañas de nuestro sueño. 5Su don de Gracia es algo más que una simple respuesta, 6pues restaura todas las memorias que la mente que duerme había olvidado, y toda la certeza acerca del significado del amor.
4. Dios ama a Su Hijo. 2Pídele ahora que te proporcione los medios por los cuales este mundo desaparece, y primero vendrá la visión y, un instante más tarde, el Conocimiento. 3Pues en el estado de gracia ves una luz envolver al mundo con amor y al miedo borrarse de todos los semblantes conforme los corazones se alzan y reclaman la luz como suya. 4¿Qué queda ahora que pueda demorar al Cielo un solo instante más? 5¿Qué queda aún por hacer cuando tu perdón descansa sobre todas las cosas?
5. Hoy es un día nuevo y santo, pues recibimos lo que se nos ha dado. 2Nuestra fe radica en el Dador, no en nuestra aceptación. 3Reconocemos nuestros errores, pero Aquel que no sabe de errores es Quien ha de responder a ellos, proporcionándonos los medios por los que podemos dejarlos atrás y elevarnos hasta Él con gratitud y amor.
6. Y Él desciende para recibirnos, según nosotros nos acercamos a Él. 2Pues lo que nos ha preparado, Él lo da y nosotros lo recibimos. 3Tal es Su Voluntad, pues ama a Su Hijo. 4A Él elevamos nuestras plegarias hoy, devolviéndole tan sólo la palabra que nos dio por medio de Su Propia Voz, Su Palabra, Su Amor:
5Tu Gracia me es dada. 6La reclamo ahora. 7Padre, vengo a Ti. 8Y Tú vendrás a mí que te lo pido, 9pues soy el Hijo que Tú amas.