Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(127) No hay otro amor que el de Dios.
(128) El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee.
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(127) No hay otro amor que el de Dios.
(128) El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee.