Si me defiendo he sido atacado.
1. ¿Quién se defendería a sí mismo a menos que creyera que ha sido atacado, que el ataque es real y que defendiéndose es como puede salvarse? 2En esto radica la insensatez de las defensas, las cuales otorgan absoluta “realidad” a las ilusiones y luego intentan lidiar con ellas como si fueran reales. 3Esto no hace sino añadir más ilusiones a las ilusiones, haciendo así que la corrección sea doblemente difícil. 4Y esto es lo que haces cuando tratas de planificar el futuro, reactivar el pasado u organizar el presente de acuerdo con tus deseos.
2. Actúas basándote en la creencia de que tienes que protegerte de lo que está ocurriendo porque encierra una amenaza para ti. 2Sentirte amenazado es admitir que existe en ti una debilidad inherente; es asimismo la creencia de que hay un peligro que tiene el poder de incitarte a buscar una defensa apropiada. 3El mundo está basado en esta creencia demente. 4Y todas sus estructuras, pensamientos y dudas, sus castigos y su pesado armamento, sus definiciones legales y sus códigos, su ética, sus líderes y sus dioses, no hacen sino perpetuar esta sensación de amenaza. 5Pues nadie andaría por el mundo cargando con una pesada armadura si no fuera porque el terror le encoge el corazón.
3. Las defensas son atemorizantes. 2Surgen del miedo, el cual se intensifica con cada defensa adicional. 3Crees que te ofrecen seguridad. 4Sin embargo, lo que hacen es proclamar que el miedo es real y que el terror está justificado. 5¿No te parece extraño que al elaborar tus planes, reforzar tu armadura y afianzar tus cerrojos aún más, nunca te detienes a pensar qué es lo que estás defendiendo, cómo lo estás defendiendo y contra qué?
4. Examinemos en primer lugar qué es lo que defiendes. 2Debe ser algo muy débil y vulnerable. 3Debe ser algo que es presa fácil, incapaz de protegerse a sí mismo y que, por lo tanto, necesita que lo defiendas. 4¿Qué otra cosa sino el cuerpo adolece de tal fragilidad que para proteger su insignificante vida es necesario prestarle un constante cuidado, y estar atento y sumamente preocupado por su bienestar? 5¿Qué otra cosa sino el cuerpo flaquea y es incapaz de ser el digno anfitrión del Hijo de Dios?
5. Sin embargo, no es el cuerpo el que puede temer o ser algo temible. 2Las únicas necesidades que tiene son las que tú mismo le impones. 3No necesita complicadas estructuras que lo defiendan ni medicamentos para conservar la salud; ni cuidados ni que te preocupes por él en absoluto. 4Si defiendes su vida, le haces regalos para embellecerlo o construyes muros para su protección, estarás declarando que tu hogar está a merced del ladrón del tiempo, que es corruptible, que se está deteriorando y que es tan vulnerable que tienes que protegerlo con tu propia vida.
6. ¿No este cuadro aterrador? 2¿Cómo puedes estar en paz con semejante concepto de tu hogar? 3Sin embargo, ¿qué otra cosa sino tus propias creencias dotó al cuerpo con el derecho de servirte de esta manera? 4Fue tu mente la que le asignó al cuerpo todas las funciones que percibes en él y la que fijó su valor muy por encima del pequeño montón de polvo y agua que realmente es. 5¿Quién defendería semejante cosa si reconociera que eso es lo que es?
7. El cuerpo no necesita ninguna defensa. 2No podemos hacer suficiente hincapié en esto. 3El cuerpo se mantendrá fuerte y saludable si la mente no abusa de él asignándole funciones que no puede cumplir, propósitos que están fuera de su alcance y elevadas metas que no puede alcanzar. 4Tales intentos ridículos, aunque celosamente atesorados, son la fuente de los múltiples y dementes ataques a que lo sometes. 5Pues el cuerpo parece frustrar tus esperanzas, valores y sueños, así como no satisfacer tus necesidades.
8. El “ser” que necesita protección no es real. 2El cuerpo, que de por sí no tiene valor ni es merecedor de la más mínima defensa, sólo requiere que se le perciba como algo completamente ajeno a ti para convertirse en un instrumento saludable y útil por medio del cual la mente puede obrar hasta que deje de tener utilidad. 3Pues ¿quién querría conservarlo una vez que ha dejado de ser útil?
9. Defiende el cuerpo y habrás atacado a tu mente. 2Pues habrás visto en ella las debilidades, las limitaciones, las faltas y los defectos de los que crees que el cuerpo debe ser liberado. 3De este modo, no podrás ver a la mente como algo separado de las condiciones corporales. 4Y descargarás sobre el cuerpo todo el dolor que procede de concebir a la mente como frágil, limitada y separada de las demás mentes y de su Fuente.
10. Éstos son los pensamientos que necesitan curación, y una vez que hayan sido corregidos y reemplazados por la verdad, el cuerpo gozará de perfecta salud. 2La verdad es la única defensa real del cuerpo. 3Sin embargo, ¿recurres a ella para defenderlo? 4El tipo de protección que le ofreces no lo beneficia en absoluto, sino que añade más angustia a tu mente. 5Y no sólo no te curas, sino que eliminas toda esperanza de curación, pues no puedes ver dónde se deben depositar las esperanzas si es que éstas han de ser esperanzas fundadas.
11. La mente que ha sanado no planifica. 2Simplemente lleva a cabo los planes que recibe al escuchar a una Sabiduría que no es la suya. 3Espera hasta que se le indica lo que tiene que hacer, y luego procede a hacerlo. 4No depende de sí misma para nada, aunque confía en su capacidad para llevar a cabo los planes que se le asignaron. 5Descansa serena en la certeza de que ningún obstáculo puede impedir su avance hacia el logro de cualquier objetivo que sirva al plan mayor que se diseñó para el bien de todos.
12. La mente que ha sanado se ha liberado de la creencia de que tiene que planificar, si bien no puede saber cuál sería el mejor desenlace, los medios por los que se puede alcanzar ni cómo reconocer el problema que el plan tiene como propósito solucionar. 2La mente no podrá sino hacer un mal uso del cuerpo al trazar sus planes mientras no reconozca que esto es así. 3Mas cuando acepte que esto es verdad, sanará y dejará a un lado al cuerpo.
13. Forzar al cuerpo a que se amolde a los planes que una mente no curada traza para salvarse a sí misma es lo que hace que el cuerpo enferme. 2En tal caso, el cuerpo no es libre para ser un instrumento de ayuda en un plan que le ofrece mucha más protección de la que él podría prestarse a sí mismo y que por un corto tiempo requiere de sus servicios. 3Cuando se utiliza con este propósito, su salud está asegurada. 4Pues todo lo que la mente utilice para tal fin funcionará a la perfección y con la fortaleza que se le ha otorgado la cual no puede fallar.
14. Tal vez no sea fácil darse cuenta de que los planes que uno mismo inicia no son otra cosa que defensas, que tienen el mismo propósito para el que fueron concebidas todas las defensas. 2Estos planes constituyen los medios mediante los cuales una mente atemorizada intenta hacerse cargo de su propia protección a costa de la verdad. 3Esto se puede reconocer fácilmente en algunas de las formas que adopta este autoengaño, en las que la negación de la realidad es muy evidente. 4No obstante, rara vez se reconoce que hacer planes es en sí una defensa.
15. La mente que se dedica a hacer planes para sí misma está tratando de controlar acontecimientos futuros. 2No cree que se le proveerá de todo cuanto pueda necesitar, a menos que ella misma se haga cargo. 3El énfasis del tiempo es el futuro, el cual se debe controlar mediante el aprendizaje y la experiencia derivada de sucesos pasados y de las creencias previas. 4Dicha mente pasa por alto el presente, basándose en la idea de que el pasado le ha enseñado lo suficiente como para permitirle dirigir su futuro.
16. Por lo tanto, la mente que hace planes no permite ningún cambio. 2Lo que aprendió en el pasado se vuelve la base de sus futuras metas. 3Sus experiencias pasadas determinan su elección de lo que ha de suceder. 4Y no se da cuenta de que aquí y ahora se encuentra todo cuanto necesita para garantizar un futuro muy diferente del pasado, libre de la continuidad de las viejas ideas y de las creencias enfermizas. 5No hay ansiedad con respecto al porvenir, pues la confianza presente está a cargo de éste.
17. Las defensas son los planes que decides poner en marcha para atacar la verdad. 2Su objetivo es seleccionar aquello a lo que le das tu conformidad y descartar lo que consideras incompatible con lo que crees que es tu realidad. 3No obstante, lo que queda al final no tiene ningún significado. 4Pues tu realidad es la “amenaza” que tus defensas quieren atacar, ocultar, despedazar y crucificar.
18. ¿Qué no ibas a poder aceptar si supieras que todo cuanto sucede, todo acontecimiento, pasado, presente y por venir, es amorosamente planeado por Aquel Cuyo único propósito es tu bien? 2Tal vez has malentendido Su plan, pues Él nunca podría ocasionarte dolor. 3Mas tus defensas no te dejaron ver Su amorosa bendición iluminando cada paso que diste. 4Mientras hacías planes para la muerte, Él te conducía dulcemente hacia la vida eterna.
19. Tu presente confianza en Él es la defensa que te promete un futuro tranquilo, sin ningún vestigio de sufrimiento y lleno de un júbilo que es cada vez mayor, a medida que esta vida se vuelve un instante santo, ubicado en el tiempo, pero enfocado sólo en la inmortalidad. 2Si no permites que ninguna defensa, excepto tu presente confianza, dirija el futuro, esta vida se convertirá en un encuentro significativo con la verdad, que era lo que tus defensas querían ocultar.
20. Sin defensas, te conviertes en una luz que el Cielo, lleno de gratitud, reconoce como propia. 2Esa luz te conducirá por los caminos que se diseñaron para tu felicidad, de acuerdo con el plan ancestral que comenzó al nacer el tiempo. 3Tus seguidores unirán su luz a la tuya, y ésta aumentará hasta que el júbilo ilumine al mundo. 4Y nuestros hermanos gustosamente dejarán a un lado sus engorrosas defensas, que de nada les sirvieron y sólo les causaban terror.
21. Hoy anticiparemos ese momento llenos de confianza, pues esto es parte de lo que se planificó para nosotros. 2Descansaremos en la certeza de que se nos proveerá de todo cuanto podamos necesitar para lograr esto hoy. 3No haremos planes sobre cómo se va a lograr, sino que nos daremos cuenta de que nuestra indefensión es lo único que se requiere para que la verdad alboree con absoluta certeza en nuestras mentes.
22. Durante quince minutos, en dos ocasiones hoy, nos abstendremos de hacer planes sin sentido y de albergar pensamientos que le impidan la entrada a la verdad en nuestras mentes. 2Hoy recibiremos en lugar de planificar, de manera que podamos dar en vez de organizar. 3Y en verdad se nos da cuando decimos:
4Si me defiendo he sido atacado. 5Mas en mi indefensión seré fuerte. 6Y descubriré lo que mis defensas ocultan.
23. Eso es todo. 2Si tienes que hacer planes, ya se te dirá cuáles deben ser. 3Puede que no sean los planes que tú creías que necesitabas hacer, ni las respuestas a los problemas a los que creías enfrentarte. 4Mas son las respuestas a otro tipo de pregunta, una a la que todavía no se le ha dado respuesta—si bien necesita ser contestada—hasta que por fin te llegue la Respuesta.
24. El propósito de todas tus defensas ha sido impedir que recibas lo que has de recibir hoy. 2Y con la luz y la dicha de la simple confianza, te preguntarás sorprendido cómo pudiste alguna vez pensar que tenías que defenderte de tu liberación. 3El Cielo no pide nada. 4Es el infierno el que exige extravagantes sacrificios. 5Hoy no estarás renunciando a nada durante estos momentos en los que, sin defensas, te presentas ante tu Creador tal como realmente eres.
25. Él se ha acordado de ti. 2Hoy nosotros nos acordaremos de Él. 3Pues ésta es la Pascua Florida de tu salvación. 4Y resurges de lo que parecía ser la muerte y la desesperanza. 5Ahora la luz de la esperanza renace en ti, pues vienes sin defensas a aprender cuál es tu papel en el plan de Dios. 6¿Qué insignificantes planes o creencias mágicas pueden seguir teniendo valor una vez que has recibido tu función de la Voz que habla por Dios Mismo?
26. No trates de organizar este día según lo que crees que sería más beneficioso para ti. 2Pues no puedes ni concebir toda la felicidad que te llega sin que tú tengas que planificar nada. 3Aprende hoy, 4y todo el mundo se unirá a ti para dar este paso gigantesco y celebrar tu Pascua Florida contigo. 5Si en cualquier momento a lo largo del día adviertes que cosas pueriles e insignificantes parecen ponerte a la defensiva y tentarte a urdir planes, recuerda que éste es un día dedicado a un aprendizaje especial y reconócelo repitiendo lo siguiente:
6Ésta es mi Pascua Florida. 7Y quiero conservarla santa. 8No me defenderé, pues el Hijo de Dios no necesita defensas contra la verdad de su realidad.